Consejos para publicar una novela
Son muchos los autores que tienen en cajón o acaban de terminar una novela. Sea histórica, negra, de ciencia-ficción o de cualquiera otro género el objetivo de escribir una novela es publicarla y darla a conocer al público lector.
Sin embargo, las cosas no son tan sencillas, y en esto hay que entender la postura de los editores: Hasta que una novela alcanza los estantes de las librerías debe sufrir un complejo proceso de corrección, maquetación, diseño de cubiertas, legalización, impresión, distribución, promoción… Se trata de procesos costosos y laboriosos en los que intervienen muchos profesionales altamente cualificados. Es lógico que los editores no quieran arriesgar su dinero y su tiempo en obras que, a priori, no parezcan tener posibilidades de venta.
Lo editores no son una ong, sino empresas dedicadas a la difusión de obras literarias y no literarias con un objetivo económico. Decimos esto porque muchas veces se les critica ante sus infinitos rechazos de novelas para publicar. En los últimos diez años han cerrado casi la mitad de las editoriales que había en España, por lo que es sencillo hacerse una idea de las dificultades del sector.
Lo primero que debemos hacer es dimensionar el valor de nuestra obra. A menudo los autores creen que sin ellos a la literatura española le falta algo. Muchos se creen geniales antes incluso de que le hayan publicado ni una novela corta. La vanidad de otros les lleva a despreciar propuestas interesantes solo porque no se trata de una publicación tradicional. Son muchos los autores que nos comentan: » Mis familiares y amigos dicen que esta obra mía es genial». A lo que deberían añadir «porque me quieren mucho». Para dimensionar el valor de nuestra obra podemos enviarla a portales de valoración, darla a leer a lectores profesionales (guías de recursos para escritores) o, sencillamente, entregar una copia a un lector experimentado y neutral que no tenga reparos a la hora de hacernos una crítica dura. Solo así podremos saber si, en efecto, se trata de una obra digna de ser publicada o bien puede valer para que la lean, efectivamente, nuestros familiares y amigos.
Lo segundo es estar abiertos a propuestas de diferente naturaleza, novedosas, actuales, que se alejan de la concepción tradicional de la llamada del editor al autor (cosa cada vez más difícil). En la actualidad es muy raro que este tipo de llamada se produzca, especialmente si se trata de autores nuevos.
Son muchas (por no decir todas) las editoriales que van a pedir una aportación económica a los autores para la publicación de su obra, cuando dicho autor no sea conocido. Una forma de decir: » Su libro es estupendo pero comparta usted el riesgo con nosotros» . Incluso la autoedición puede ser una buena opción para algunas obras. Una forma de dar a conocer a los familiares y amigos nuestras habilidades. Cuentos, biografías personales, genealogías familiares pueden quedar estupendamente en una autoedición bien hecha. No se cierre.
Recurrir a una Agencia Literaria es sencillo. Sin embargo, que el agente acepte la obra de un autor nuevo para proponerla a sus editoriales colaboradoras no lo es en absoluto. Mucho más difícil es que el agente literario se haga cargo de la promoción completa del autor en exclusiva. Para ello, aunque piense que se encuentra ante un escritor extraordinario, necesita ver cómo funciona la obra en el mercado. Ver si esa literatura es capaz de llenar al lector normal, no experto; al gran público. Es por ello que inicialmente los agentes no se comprometen con autores de los que no tienen referencias comerciales y que pretendan probar de alguna manera su obra.
No se cierre. En la actualidad es muy difícil publicar. Eso no quiere decir que su obra no sea buena. Estudie las pocas propuestas que le hagan agentes y editores y piense que no volverán a llamar a su puerta y que no van a negociar con usted, pero no piense que se van a limitar a publicarle sin más porque eso ya casi no ocurre.
Por último, piense que si no le quieren publicar, ni mediando aportación económica, no se acaba el mundo. Siempre le queda el consuelo de la autoedición.
¡Suerte!
Si deseas que valoremos tu obra y/o la demos a conocer a las editoriales solo tiene que ir a la página INICIO